artistas_artists
visitantes_visitors
concepto_concept
ayuda_help
contacto_contact
[information in English]
visitantes_visitors
que les espera | como llegar | contexto historico
Que les espera
Durante el fin de semana del 12 y 13 de abril 2008 el Pabellon de la Paz en el Parque Muñoz Rivera se convierte en El Pulguero de los Artistas. Les invitamos a trastear y gozar. La entrada es gratis y mirar no cuesta nada!
Mas de 80 artistas contemporaneos renombrados y emergentes montaran sus puestos para vender, intercambiar o regalar arte, artefactos y objetos. El Pulguero de los Artistas se diriga tanto al publico especializado en arte (sobre todo los visitantes de la feria de arte contemporaneo internacional CIRCA, que se celebra del 11 al 14 del mismo mes) como al publico en general, turistas, familias y ninos que frequenten el Parque los fines de semana.
En este mercado no habra pinturas de flamboyanes ni artesania porque este pulguero se entiendo como una demonstracion colectiva del arte contemporaneo de Puerto Rico. Aprovechen de poder ver y adquirir obras fuera del contexto de talleres, galerias ferias o museos y discuten directamente con los artistas.
El sabado y el domingo de 10 a.m. hasta las 5 p.m. el Pulguero ofreze también areas interactivas como el taller con el artista Carmelo Sobrino. Ademas performeros haran sus intervenciones y performancias dentro y al rededor del Pabellon. Charlas y otras actividades estan en preparacion.
Esperemos verles en abril!
[hacia arriba]
 |
 |
|
| espacio ideal para disfrutar arte | Pabellon desde la Ave. Muñoz Rivera |
El Parque Muñoz Rivera queda en Puerta de Tierra, entre Condado/Miramar y el Viejo San Juan. Esperemos que usan transportacion publica (por ejemplo bus A-5, B-8, ME, M-I) o que vengan en bicicleta o en pie - media hora desde el Viejo San Juan o del Condado. Estacionamentos cercanos: Balneario El Escambron, Parque Nacional Tercer Milenio José Celso Barbosa, Parque Luis Muñoz Rivera, hoteles frente al Tribunal Supremo de Puerto Rico.
Los pulgueros entretienen al visitante sin que éste se sienta obligado a comprar el objeto que llama su atención. Además alimentan la ilusión de poder comprar un artículo debajo del valor del mercado comercial. Debido a esto, mercados de pulgas simbolizan la anticultura o la subcultura y ofrecen un campo ideal para el estudio de la cultura popular en su contexto histórico.
Los príncipes del siglo XVII solían regalar sus vestidos usados al pueblo. Estas ropas lujosas - a veces ya convertidos en trapos - terminaron siendo la primera mercancía que se encontraba en el más antiguo y hasta hoy más grande mercado de pulgas, localizado en Saint-Ouen, en la perifería de Paris, Francia. Las pulgas que con las telas cambiaron de proprietario, le dieron a este tipo de mercado el nombre que le pegó hasta hoy en múltiples idiomas: marché aux puces, mercato delle pulci, flea market, Flohmarkt, mercado de pulgas... o "pulguero" en la jerga puertorriqueña.
Tradicionalmente lo que se encuentra en pulgueros son productos usados: muebles pequeños, enseres, juguetes, fetiches, equipos electrónicos, obras de artistas desconocidos, fotos antiguas, utensilios de cocina, herramientas, revistas y libros, objetos religiosos, instrumentos de música y zapatos. No falta en ellos tampoco lo nuevo: chucherías de plástico "made in China", copias pirata de perfumes, películas, discos o carteras de marcas prestigiosas. Sin embargo estos objetos, por su propia naturaleza no encajan en el concepto de pulguero. La oferta en los mercados urbanos se distingue de la que se da en áreas rurales. Un buen pulguero - un mercado libre e informal - atrae tanto a coleccionistas en búsqueda de objetos de gran valor como a visitantes que compran espontáneamente. Sucede con frequencia que los mismos vendedores se convierten en clientes, debido a las largas horas de presencia y muchas tentaciones. En muchos países, los pulgueros representan los últimos mercados, en los cuales se pueden negociar precios.
Según el filósofo francés Michel Foucault el cementerio, el burdel, la prisión, la colónia son heterotopías, lugares donde la cultura está al mismo tiempo representada y disputada. Lo mismo se puede constatar del pulguero que ofrece también un antípodo real a la utopía.